Uno de los datos más críticos tiene que ver con la producción de alimentos y bebidas, que cayó un 14,3 por ciento interanual. Esto es un indicio de que se derrumbó el consumo de alimentos. También se nota el impacto en la construcción: la producción de minerales no metálicos (como el cemento) se redujo un 35,8 por ciento.

Se trata, además, del sexto mes consecutivo de retracción industrial. El punto más alto fue en diciembre del año pasado. El cambio de Gobierno generó un efecto "parate" que se registró como una caída del 8% durante ese mes.

Otro dato preocupante es que el rojo de marzo abarca a todos los sectores industriales. Si bien el 21,2 por ciento es un promedio, ningún sector aumentó su producción. El que menos cayó, el de la refinación de petróleo y combustible nuclear, redujo un 4 por ciento su producción. La tecnología y los muebles fueron los que más sintieron el impacto, con un 42,8 y 40,4 por ciento de caída respectivamente.